Leen el título y se preguntaran que es?? O que lugares son??? St. Kilda y Brighton Beach son playas que se encuentran en Melbourne pero un poco alejadas de la ciudad. Como les conté en el post anterior no busque mucha información antes de llegar aquí, sin embargo sí sabía que quería pasear por la playa de St Kilda, y que quería ver “las casitas de colores”, que se encuentran en Brighton Beach. Para visitar “las casitas de colores”, como las denomino yo, normalmente se toma un tour, sin embargo a las dos playas quería llegar por mi cuenta, y lo logré. The Great Ocean Road, era para mí el plato fuerte dentro de mi estadía en Melbourne, conocidos habían ido y los comentarios eran buenos, y aparte quería ver con mis propios ojos “Los Doce Apóstoles” , que son un grupo de piedras caliza que salen del mar y que al atardecer se ven hermosas, bueno en las fotos. Este era el único tour que tenía contemplado pagar, y lo mejor no me arrepiento.
A St Kilda me fui con dos chicas que conocí en la hostal, ellas no sabían mucho de cómo llegar y todo, pero yo tenía todo fríamente calculado. La idea era ver el atardecer y ver los pingüinos que salen de su escondite a la misma hora. Nos fuimos después de almorzar a tomar el Tram, en 20 minutos ya estábamos en la playa. Al bajarnos lo primero que vemos es esta enorme cara (foto de abajo) y que yo días antes había visto en postales y que no tenía idea donde estaba , de hecho vi una postal y me pregunte ¿dónde estará este lugar? Y así, sin querer lo encontré.
Este es el “Luna Park”, un parque de diversiones y que después lo vería también en Sydney. Después de las fotos respectivas con la cara del payaso nos fuimos a caminar por la playa.

Yo feliz sacando fotos y apreciando lo lindo del paisaje, pero no me acorde de cargar la batería de la cámara y cuando íbamos rumbo a ver los pingüinos la cámara murió. Asi que la foto que tengo de un posible pingüino no es de la mejor calidad y también las del atardecer, que si van les recomiendo vayan temprano a buscar un lugar porque se llena de gente tratando de captar el mejor momento.

Domingo: Ayer les conté a J. y a H. que quería ver las “casitas de colores” y que sabía como llegar por mi cuenta, así que no lo pensaron mucho y se sumaron a mi super plan. Nos juntamos temprano en la mañana en la estación de trenes, sin embargo nos encontramos con un pequeño problema ES DOMINGO, día con no tanto tráfico de gente razón suficiente para arreglar las vía de trenes, por lo que el tramo que en un principio sería solo en tren termino siendo tren y bus. Sin embargo lo logramos!! Después de 1 hora y media de viaje llegamos a la playa, nos pusimos a caminar y preguntando llegamos a las famosas casitas, cara de felicidad 😀 .





A llegado el plato fuerte.
Después de pensar un poco cuando ir a hacer el recorrido por “La Gran Carretera del Océano” (en español), ya que el clima no había estado tan bueno, decidí comprar el tour para el día lunes, lo que fue una magnifica decisión, me toco un día despejado y radiante. Aquí me voy a explayar y les contare en que consistió todo este tour que duro un día entero.
Una característica mía, tratando de que no suene negativa, es que siempre ando atrasada, o mas bien justo en la hora, y esta vez no fue la excepción. Trate de comer algo antes de partir, pero no fue suficiente así que me fui a la oficina donde esperaría el tour y como aun no llegaba el bus fui al 7eleven de la esquina, siiiii los salvadores!!!!!!, y me compre chocolate y un café, al menos no sentiría tanta hambre. Al rato llego el chofer/guía a buscar al grupo 1, o sea mi grupo. Me subí al bus y junto a mí se sentó una niña japonesa bien simpática con la que me fui conversando. Hicimos una primera parada en un lugar donde no recuerdo el nombre y tomamos café con galletas.

Continuamos el viaje y al rato volvemos a parar para sacarle fotos a la playa, a todo esto lo genial de este viaje es que vas bordeando el océano todo el camino, pero yo que nunca me ubico con los puntos cardinales, me senté al lado de la ventana, como me gusta, pero en el lugar que daba a los cerros.

Seguimos caminos hasta llegar a la entrada oficial “The Great Ocean Road”.
Al poco andar paramos a darles comida a los pájaros, muchos loros, patos y cacatúas muy lindas.
Y lo mejor de lo mejor fue ver un Koala en su hábitat natural, ahí estaba escondido durmiendo entre los arboles. No se cuanto rato estuvimos ahí pero yo pase mucho rato sacándole fotos a este animalito que me encanta.

Seguimos camino, esta vez al faro, donde nos servirían el almuerzo. El almuerzo a mi gusto ninguna maravilla, era pan con salchicha un poco de ensalada y nada más, pero el paisaje era lindo, así que podríamos decir que eso lo compenso.
Luego ya continuamos rumbo al plato fuerte “Los 12 apostoles” y al poco andar el chofer/guía bien buena onda, nos dijo que vio dos koalas por ahí y que nos dejaría bajarnos 10 min para sacar fotos, así que mas que rápido cambie el lente de mi cámara, a todo esto estoy recién aprendiendo a tomar fotos, y partimos, lo malo es que como necesito lentes porque no veo bien, y estaban en lo alto me costo verlos de primera.

Seguimos otro rato y llegamos a los tan famosos “12 de apóstoles” que como era de esperarse estaría lleno de turistas. Nos dieron 40 minutos para recorrer, así que mas que rápido me baje del bus a apreciar ese paisaje, que no les miento es muy lindo, donde esos 40 minutos no fueron suficientes.



Volvimos al bus y al poco andar nos bajamos nuevamente para recorrer unas playas, que según el guía/chófer eran para el lo mejor del viaje, yo creo que nos dijo eso para compensar el poco rato que estuvimos en los 12 apóstoles. Ahora eso si viene la mejor parte, para llegar a la famosa playa tuvimos que bajar unas escaleras eternas, pero subirlas fue lo peor, sin embargo el paisaje valió la pena.


Todo esto pertenece al parque nacional Port Campbell, pero que es mas conocido como “los 12 apóstoles”. Después se vino el atardecer y tuvimos que partir, una pena porque pensé que nos quedaríamos a verlo, pero ya se hacía tarde. Ahora nos esperaban casi dos horas o más de viaje y entre medio paramos a cenar, el guía nos llevo a un local de comida Oriental, donde la chica japonesa me recomendó uno de ellos, una especia de arroz fritos con camarones y cerdo, un poco picante y contundente. Y ya tipo 8pm aprox estábamos llegando al hostal, me despedí de la niña muy buena onda quien incluso me agrego a Facebook y partí al hostal. Un tour que me gusto harto, teniendo en cuenta que al ser un tour siempre hay que regirse por los tiempos que ponen los guías, algo que no me gusta, pero que en este caso no tenia mucha opción, pero si tu quieres algún día ir y manejas bien, recomiendo arrendar un auto e ir por su cuenta no se arrepentirán.

Esto fue algo más de Melbourne, espero les haya gustado.
Yop, La Dany 🙂